El autosustento de las mujeres

Cómo comenzar a armar un rompecabezas de piezas desconocidas

Reflexiones sobre las mujeres, sus úteros y la Tierra.

Por Marcela Thesz, instructora, terapeuta, escritora y creadora de Nuestro Útero.

El camino de autorrealización tiene muchos desafíos. Uno de ellos es la posibilidad de crear autosustento y no es lo primero que aparece cuando decidimos transitar la tarea de conocer y reconciliarnos con lo que somos; es más bien unos de los momentos intermedios del camino el que nos muestra lo imperioso que es tener autosustento material, emocional y mental para poder seguir avanzando.

En el caso de las mujeres, este es un desafío mayor. Llevamos milenios de dependencia y subordinación económica, de desvalorización emocional y creativa, de fidelidades inconscientes, y a veces tóxicas, a vínculos que proveen lo que no nos podemos proveer.

Desde una perspectiva espiritual, puede parecer maravillosa la idea de sentirse plena, completa, autosuficiente y con capacidad de dar y recibir —y lo es, pero lleva trabajo continuado y perseverancia.

Por ello, no quiero minimizarlo ni espiritualizarlo de manera ilusoria. El autosustento representa una problemática actual y cotidiana en muchas mujeres que, sin posibilidad de generar y gestionar su propio dinero, sin capacidad de valerse por sí mismas o de poner límites y autovalorarse, viven subordinadas, en vínculos de pareja, familiares o laborales que conllevan una falta de libertad y posibilidad de entrega a su verdad interior, además de distintos niveles de abuso y manipulación, en muchos casos.

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Las mujeres, sus úteros y la Tierra

La Tierra es el sostén de nuestra realidad, es donde se apoyan nuestros cuerpos, es donde sucede la vida. La Tierra nos da sustento y cuando el útero se encuentra en esa resonancia tiene la posibilidad de proveer la energía de sustento a la mujer.

Energía no es materialidad, es potencialidad de consciencia que habilita el cambio y el movimiento hacia lo nuevo, desde el libre albedrío y la voluntad individual. En ese sentido, la conexión con la Tierra es una de las alineaciones energéticas fundamentales para el desarrollo de la consciencia y despertar del útero. Estar en contacto con la Tierra es estar enraizadas, con el cuerpo y con la presencia.

El útero resuena con la Tierra desde el inicio, compartiendo su condición de hogar, debiendo ser receptivo, acogedor y contenedor, que son cualidades importantes para la creación de nido, tanto en relación con la función biológica del útero o con la potencialidad creativa-expresiva de la mujer. Es evidente que, en muchos casos, estas cualidades no están presentes. Los úteros rígidos, dolientes, fríos de la mayoría de las mujeres están desconectados de la Tierra. Nos atraviesa, entonces, una permanente sensación de inseguridad que deviene de la falta de sostén.

Cuando la conexión útero-Tierra se reestablece, conectamos con la energía de la Gran Madre y tenemos un lugar de acogida siempre abierto en donde encontrar seguridad y pertenencia. Si queremos adentrarnos en un camino de autoconocimiento y realización, este lugar seguro es muy relevante, porque solo allí, donde recibimos contención y sostén, nos será posible abrirnos a la totalidad de nuestra historia personal, y de nuestro linaje, habilitando la sanación y reconciliación con nuestro útero.

En los talleres online de enero y mayo 2021 conversamos sobre este tema y trabajamos sobre la conexión del útero con la Tierra a través de una práctica de consciencia corporal llamada “Caminata del útero”.

Ese material se encuentra disponible de manera gratuita en el sitio web. ACCEDE A LAS GRABACIONES AQUÍ.

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