La conexión con la Tierra es una de las alineaciones energéticas fundamentales para el desarrollo de la consciencia y despertar del útero.

El útero resuena con la Tierra desde el inicio, compartiendo su condición de hogar, debiendo ser receptivo, acogedor y contenedor, que son cualidades importantes para la creación de nido y la función biológica del útero —albergar al bebé, pero también para todas sus otras cualidades.

Es evidente que, en muchos casos, estas cualidades no están presentes. Los úteros rígidos, dolientes, fríos de la mayoría de las mujeres están desconectados de la tierra. Nos atraviesa, entonces, una permanente sensación de inseguridad que deviene de la falta de sostén.

Cuando la conexión útero-Tierra se reestablece, conectamos con la energía de la Gran Madre y tenemos un lugar de acogida siempre abierto en donde encontrar seguridad y pertenencia. Si queremos adentrarnos en el despertar del útero, este lugar seguro es muy relevante, porque solo allí, donde recibimos contención y sostén, nos será posible abrirnos a la totalidad de nuestra historia personal y de nuestro linaje que habilitará la sanación y reconciliación con nuestro útero.

Las mujeres necesitamos esta conexión activa durante todo el ciclo: durante la fase de energía yin, descendente, el útero va a usar su conexión a Tierra para favorecer la depuración en la menstruación, profundizar en la sensitividad y percepción energética-corporal y concientizar la pertenencia a la energía colectiva de las mujeres, comprendiendo que ese vínculo con la Tierra nos une y fortalece.

Sincrónicamente, en la fase de energía yang, ascendente y creativa-expresiva del útero, la Tierra va a tomar la tarea de nutrir y sostener esa creatividad que fluye hacia el corazón —por otra de las conexiones relevantes: útero-corazón— y va a favorecer la manifestación de nuestro mundo interno hacia la vida, para luego, recibir esas creaciones.

Si eres una mujer en la etapa lineal de la energía del útero, menopausia sobre todo, la conexión útero-Tierra es tu conexión con la vida que fluye a través de ti para darse al mundo.

La Tierra es el sostén de nuestra realidad, es donde se apoyan nuestros cuerpos, es donde sucede la vida. La Tierra nos da sustento y cuando el útero se encuentra en esa resonancia tiene la posibilidad de proveer la energía de sustento a la mujer.

El autosustento es un paso fundamental en la soberanía de las mujeres. Poder sostenerse a una misma, en lo material, pero sobre todo en lo emocional y energético, abre el camino a la propia verdad, permite romper fidelidades y pertenencias tóxicas, para recrearse a una misma en poder.

A su vez, esta consciencia-energía nos lleva a observar la sustentabilidad del ciclo energético-corporal del útero. Comenzamos a administrar nuestros recursos emocionales, energéticos y corporales sin llegar a desgastarnos por completo en cada ocasión, sino comprendiendo que los límites en el dar son valiosos respecto a nuestro autocuidado y amor interior.

La intención de receptividad es el pensamiento que habilita la tarea de reconexión útero-Tierra, una receptividad que, a través de la práctica, se va haciendo incondicional. Por supuesto que también es necesario el trabajo corporal, pero sin la intención de receptividad ese trabajo tendrá menores efectos y encontrará resistencias.

Receptividad significa apertura y acogida, ¿a qué? La Tierra recibe todo: nuestra presencia en este aquí y ahora, nuestras creaciones, aunque le sean contaminantes y nuestra memoria. El útero puede ser también receptivo al momento presente, a la vida tal cual es, a la información y a la propia memoria.  A través de la conexión útero-Tierra somos receptivas a lo que ya somos y a lo que la vida nos va dando: sustento, oportunidades, dificultades, camino por transitar.

Cuando buscamos guía, certidumbre, pautas e indicaciones para movernos hacia adelante en nuestra vida, la receptividad sin juicio, abierta a lo que llega, es fundamental. La información nos sorprende y muchas veces es diferente a lo que teníamos pensado. Por ello, la confianza en el apoyo, en el sostén, en la conexión es importante. El camino que a cada mujer elige transitar está en la Tierra y se siente con el cuerpo, con el útero.

Correspondencia, firmeza, algún tipo de certeza dentro de la no-certeza y, sobre todo, saber que la Tierra que recibe nuestro paso… todo eso es superador a las ideas mentales, surge de la intención de receptividad y nos sostiene en la tarea que el corazón está eligiendo realizar.

La práctica corporal que hacemos para reestablecer y nutrir la conexión útero-Tierra se llama “Caminata del útero” y combina caminata consciente con un simple ejercicio energético sobre el útero. Se puede realizar durante todo el ciclo, es una práctica inicial muy amable y disparadora de otras posibilidades de meditación, movimiento y energía. En el libro y en los cursos de profundización de Nuestro Útero la encontrarás varias veces, con variantes y progresiones en función de cuestiones específicas a trabajar.


Participa en el taller gratuito “Conexión útero-tierra” el martes 19 de enero, 19 hs.
Conversaremos sobre este tema, brindaré las pautas básicas de esta práctica y la realizaremos juntas. Online por Zoom, abierto a todas las mujeres.

GRABACIÓN DISPONIBLE AQUÍ.


Ten en cuenta que crear consciencia a través de los pensamientos requiere mucha energía y trabajo con las resistencias. Por el contrario, crear consciencia desde la corporalidad es mas simple, concreto y la comprensión que se puede obtener es siempre superlativa a la mente cotidiana, cala más profundamente. Por ello, recomiendo que todo camino de despertar sea mente-cuerpo-energía.

Gracias por tu presencia e intención de reconectarte contigo desde la consciencia de tu útero. Por favor, comparte esta información con quien consideres relevante.

Categorías: conexiones